viernes, 29 de abril de 2011

Reseña de "MODERNIDAD LIQUIDA"


Reseña del libro "Modernidad Liquidad" de Zygmunt Baumam por la Libreria Paidos.

La era de la modernidad sólida ha llegado a su fin. ¿Por qué sólida? Porque los sólidos, a diferencia de los líquidos, conservan su forma y persisten en el tiempo: duran. En cambio los líquidos son informes y se transforman constantemente: fluyen. Por eso la metáfora de la liquidez es la adecuada para aprehender la naturaleza de la fase actual de la modernidad. La disolución de los sólidos es el rasgo permanente de esta fase. Los sólidos que se están derritiendo en este momento, el momento de la modernidad líquida, son los vínculos entre las elecciones individuales y las acciones colectivas. Es el momento de la desregulación, de la flexibilización, de la liberalización de todos los mercados. No hay pautas estables ni predeterminadas en esta versión privatizada de la modernidad. Y cuando lo público ya no existe como sólido, el peso de la construcción de pautas y la responsabilidad del fracaso caen total y fatalmente sobre los hombros del individuo. El advenimiento de la modernidad líquida ha impuesto a la condición humana cambios radicales que exigen repensar los viejos conceptos que solían articularla. Zygmunt Bauman examina desde la sociología cinco conceptos básicos en torno a los cuales ha girado la narrativa de la condición humana: emancipación, individualidad, tiempo/espacio, trabajo y comunidad. Como zombis, esos conceptos están hoy vivos y muertos al mismo tiempo. La pregunta es si su resurrección -o su reencarnación- es factible; y, si no lo es, cómo disponer para ellos una sepultura y un funeral decentes.

martes, 26 de abril de 2011

Zygmunt Bauman : Modernidad líquida y existencia liquidada



Por Griselda publicado en: intercambia.net



La sed que no se apaga

Un concepto que viene definiendo nuestro tiempo como un escurridizo paraíso para los empresarios y un auténtico infierno para las relaciones humanas y el futuro, es el de “Modernidad líquida”.

Zygmunt Bauman, Doctor en filosofía y destacado pensador de nuestro tiempo, escruta los rasgos que, si bien apenas se esbozaban en los albores del Liberalismo, en esta fase final asfixia nuestras expectativas de reconquistar la verdadera vida.

El crecimiento del consumo indiscriminado como resultado del señuelo, al que llamamos Marketing, la presión que ejerce el mercado sobre el ciudadano, las aparentes libertades que el dinero otorga, han modelado una realidad incierta, resbalosa, sin permanencia, como la moda, la bolsa y el ajetreo diario y caprichoso de las transacciones bancarias.

Así es como Bauman nos pone en conocimiento de esta sociedad líquida que no considera la cuestión de las relaciones humanas como algo diferente o de mayor espectro que el interés mercantil.

Esta preocupación por el capital es lo que alzan los que se llevan ganancias confundiendo las arrugas de la bandera con la libertad del viento, sustituyendo “el deseo del buen vivir” por “el deseo de seguir deseando” en una interminable carrera de insatisfacciones.

La gran falla que muestra el sistema libremercadista está implícita en la falsa idea de la individualidad. Esa idea es la matriz de todos nuestros sufrimientos actuales porque la pugna entre individuos que se autoproclaman diferentes se bate impotente en su propio caos tratando de ignorar la unidad fundamental de todas las cosas.

Así, aun entre la policromía de lo diverso y la desesperante desinformación mediática, un ligero aroma, que simula libertad de acción y pensamiento, supone que tal condición está garantizada por la “ensalada” de bienes sensibles de ser adquiridos.

En el escaparate de nuestra modernidad líquida, la libertad es, sin embargo, amputada y remplazada por un sentimiento placebo: “La opción de elegir los colores de la prisión”.

¿Por qué no se puede ser feliz en este tren?

Lo que pasa es que, en estas circunstancias, ya no hay propiedad en los deseos, se han colectivizado por imposición, se muestran nuestros deseos por TV, se convierten en nuestros deseos al “importarse” desde el señuelo televisivo o mediático hasta nuestra mente. Nos apropiamos, sin saberlo, de verdaderos parásitos psicológicos, mentales, existenciales.

Busca así, el ser moderno, saciar este apetito inaprensible mediante la adquisición de artículos y bienes materiales; pero el vacío que intenta llenar es otro, es un reclamo que busca la recuperación de los vínculos con los demás y con el entorno.

La amorfa consistencia de las relaciones actuales, la cada vez más fácil “capacidad” de disolver pactos personales, la brevedad de las relaciones interpersonales, etc. hablan de una liquidez en el mundo social y un enfriamiento del mundo afectivo. Existe así una sensación de inestabilidad y esto, en el ámbito educativo, se traduce en desinterés, en tanto: “Para qué aprender algo que en unos meses se vuelve obsoleto” como ocurre con los conocimientos de informática, genética, arte y otras disciplinas en continua transformación.

Nos llama la atención observar: Más cosas hay en el mercado, más ansias de poseer renacen.

¿Qué ocurre? ¿Por qué la tenencia de cosas incita a acaparar más todavía?

Esto puede ejemplificarse diciendo que el sistema “rasca donde no pica”, se pretende apagar la sed con agua salada, se ofrece, a la gente, la alternativa de elegir el camino pero sin mostrarle jamás a donde conduce.

Pero… ¿Dónde queda el ser al final de todo esto?

El autor reduce la identidad del ser moderno a un tránsito indefinible que, embebido de falsos valores, no alcanza a ser algo ni llega a ser nada. La interacción social entre estas informes personalidades la percibe Bauman como una espuma colectiva de intrincadas relaciones. Es, probablemente, un inconsciente mucho menos secreto de lo que se cree, un pozo común que ha sido forjado desde fuera, por los intereses que se hacen fuertes en nuestras debilidades, las debilidades de todo ser pensante: La incertidumbre y la ociosidad mental.

Ambas debilidades las aborda el filósofo como “el miedo al miedo” y “la adicción a la seguridad”, precisamente son estas las muletas que convierten al sistema “prefabricado” por la sociedad burguesa, en un gran dador de sensación de seguridad, una sensación que persiste porque está fijada en los “archivos” madres, ahí donde se puede comprender la superioridad de los nexos sobre las partes independientes.

domingo, 24 de abril de 2011

Belleza liquida


Por Alvin Reyes

Dejamos esta informacion sin comentarios, habla por si sola:



Una mujer gastó 100,000 dólares en cirugías cosméticas


Ohio,

Estados Unidos

Dicen que la belleza cuesta y a Cindy Jackson no le cabe la menor duda.

La cantante y escritora estadounidense no aparenta los 55 años que lleva encima gracias a las 52 cirugías estéticas a las que se ha sometido para mantener la eterna juventud y que le han costado unos 100,000 dólares.

La mujer se ha valido de una herencia familiar para transformarse completamente a través del bótox, peeling, lifting, liposucción, cinco ascenciones de cara y retoque de ojos, para un total de catorce cirugías.

Y según lo que cuenta, la razón de esta obsesión subyace en un trauma de la infancia, cuando a la edad de 14 años un hombre le dijo:“¿Sabes Cindy, cuando sonríes, la nariz y la barbilla casi se tocan”.

La mujer ha establecido un récord con sus cirugías, el que le fue otorgando en 2009 según su sitio web, aunque asegura que ése no era el propósito.

“No me propuse establecer un récord mundial, nunca fue mi ambición, es sólo que tenía que hacerlo”.

El dinero para "lucir mejor" ha salido de una herencia que le dejó su padre.

“El mejor resultado es que parezca natural”, sostiene, porque tampoco quiere que la gente la mire y diga “esta tiene un montón de cirugías. Me gustaría parecer que no me he hecho nada”.

Jackson creció en una pequeña ciudad de Ohio con un padre irascible, cuya herencia le ha permitido lucir guapa y joven.

“Me siento con un espíritu juvenil, no quiero mirarme al espejo y ver una cara vieja”.

El Heraldo.hn

lunes, 18 de abril de 2011

Las ciudades y el consumo


Por Alvin Reyes.
En la introducción a "Vidas desperdiciadas" Zygmunt Bauman cita "Las ciudades invisibles" de Italo Calvino para hacer referencia a la ciudad de Leonia, una ciudad fascinada por el consumo, pero que no se da cuenta que al consumir a la velocidad que lo hacen se ven rodeados de una montaña de desperdicios. Compartimos con ustedes la descripcion que hace Calvino de Leonia en su libro:

"Las ciudades continuas 1.

La ciudad de Leonia se rehace a si misma todos los días: cada mañana la población se despierta entre sábanas frescas, se lava con jabones apenas salidos de su envoltorio, se pone batas flamantes, extrae del refrigerador más perfeccionado latas aún sin abrir, escuchando las últimas retahílas del último modelo de radio.

En los umbrales, envueltos en tersas bolsas de plástico, los restos de la Leonia de ayer esperan el carro del basurero. No solo tubos de dentífrico aplastados, bombillas quemadas, periódicos, envases, materiales de embalaje, sino también calentadores, enciclopedias, pianos, juegos de porcelana: más que por las cosas que cada día se fabrican, venden, compran, la opulencia de Leonia se mide por las cosas que cada día se tiran para ceder lugar a las nuevas. Tanto que uno se pregunta si la verdadera pasión de Leonia es en realidad, como dicen, gozar de las cosas nuevas y diferentes, y no más bien el expeler, alejar de sí, purgarse de una recurrente impureza. Cierto es que los basureros son acogidos como ángeles, y su tarea de remover los restos de la existencia de ayer se rodea de un respeto silencioso, como un rito que inspira devoción, o tal vez sólo porque una vez desechadas las cosas nadie quiere tener que pensar mas en ellas.

Dónde llevan cada día su carga los basureros nadie se lo pregunta: fuera de la ciudad, claro; pero de año en año la ciudad se expande, y los basurales deben retroceder mis lejos; la importancia de los desperdicios aumenta y las pilas se levantan, se estratifican, se despliegan en un perímetro cada vez más vasto. Añádase que cuanto más sobresale Leonia en la fabricación de nuevos materiales, más mejora la sustancia de los detritos, más resisten al tiempo, a la intemperie, a fermentaciones y combustiones. Es una fortaleza de desperdicios indestructibles la que circunda Leonia, la domina por todos lados como un reborde montañoso.

El resultado es éste: que cuantas más cosas expele Leonia, más acumula; las escamas de su pasado se sueldan en una coraza que no se puede quitar; renovándose cada día la ciudad se conserva toda a sí misma en la única forma definitiva: la de los desperdicios de ayer que se amontonan sobre los desperdicios de anteayer y de todos sus días y años y lustros.

La basura de Leonia poco a poco invadiría el mundo si en el desmesurado basurero no estuvieran presionando, más allá de la última cresta, basurales de otras ciudades que también rechazan lejos de sí montañas de desechos. Tal vez el mundo entero, traspasados los con fines de Leonia, está cubierto de cráteres de basuras, cada uno, en el centro, con una metrópoli en erupción ininterrumpida. Los límites entre las ciudades extranjeras y enemigas son bastiones infectos donde los detritos de una y otra se apuntalan recíprocamente, se superan, se mezclan.

Cuanto más crece la altura, más inminente es el peligro de derrumbes: basta que un envase, un viejo neumático, una botella sin su funda de paja ruede del lado de Leonia, y un alud de zapatos desparejados, calendarios de años anteriores, flores secas, sumerja la ciudad en el propio pasado que en vano trataba de rechazar, mezclado con aquel de las ciudades limítrofes finalmente limpias: un cataclismo nivelará la sórdida cadena montañosa, borrará toda traza de la metrópoli siempre vestida con ropa nueva. Ya en las ciudades vecinas están listos los rodillos compresores para nivelar el suelo, extenderse en el nuevo territorio, agrandarse, alejar los nuevos basurales." (Las ciudades invisibles. Italo Calvino.Unidad editorial. pag. 84-86).

No pocas ciudades modernas comparten el problema de Leonia: Una voragine de consumo, una centrifuga que arroja desperdicios a velocidad vertiginosa. Lo unico que le falto decir a Calvino es que junto con la basusa arrojada en los limiutes de Leonia tambien se arrojan vidas humanas al basurero.

domingo, 17 de abril de 2011

Steve Jobs gana la batalla contra la arquitectura


La siguiente noticia tomada de el pais es un claro ejemplo de lo que el dinero puede hacer en una edad liquida:

El cofundador de Apple consigue que se apruebe el derribo de su mansión, de 1925, para hacer una casa más moderna.

Más pequeño y moderno. Esas son las máximas de Steve Jobs, el co fundador de Apple capaz de aplicar su filosofía más allá de los productos Mac a su propia casa. Jobs se salió con la suya al comenzar esta semana las obras de demolición de su mansión, construida en 1925, para erguir en ese mismo solar lo que será una casa más pequeña y moderna. La batalla de la que este lunes salió victorioso le tuvo en guerra durante la pasada década contra la Sociedad Nacional para la Preservación Histórica, organización estadounidense dedicada a proteger edificios de interés histórico. La mansión de estilo español que el cerebro detrás de Apple compró en la década de los 80 fue construida por George Washington Smith, arquitecto popular en esta área de San Francisco (EEUU), para el magnate de aquella época Daniel Jackling, quien hizo su fortuna con el cobre.

La casa Jackling, como se la conocía popularmente, tenía 14 dormitorios y 1.600 metros cuadrados habitables. Sin embargo, se pasó los últimos diez años deshabitada mientras Jobs conseguía los permisos de demolición que le fueron denegados con anterioridad ante el recurso presentado por la asociación arquitectónica. "Jobs sabía el significado histórico (de la mansión) y no hizo caso", comentó un portavoz del grupo sobre una demolición que consideró "desafortunada". Por el contrario, Jobs definió la que ya no es su casa como "una de las mayores abominaciones arquitectónicas" que conocía.

Los abogados de Jobs solo han confirmado el proceso de demolición, pero no los nuevos planes de construcción. Algunos elementos de la casa ya destruida, como los azulejos estilo español y árabe que la decoraban, serán rescatados, informó la asociación.

La mansión de Jobs solo es un nuevo ejemplo de una larga lucha entre las diferentes organizaciones a favor de conservar la corta historia arquitectónica de California frente a los avances urbanísticos y estéticos. La actriz Diane Keaton está en el otro lado de esta lucha, parte de la Sociedad para la Conservación de Los Ángeles y encargada de varias renovaciones en el área. "Es de vital importancia, especialmente en California, reconocer nuestras maravillas arquitectónicas, hogares por lo general de estilo español construidos en la década de los 20, 30 y 40", recordó la intérprete recientemente. Antes de la demolición de su mansión, Jobs recibió dos ofertas para que la casa fuera trasladada a otra ubicación pero el magnate de la informática y los interesados en salvar el edificio nunca consiguieron llegar a un acuerdo.

jueves, 14 de abril de 2011

Del capitalismo como "sistema parásito"



© Zygmunt Bauman y Clarín, 2009. Traducción de Joaquín Ibarburu.

"Todavía no empezamos a pensar con seriedad en la sustentabilidad de nuestra sociedad impulsada a crédito y consumo", afirma el sociólogo polaco. Para el autor de Modernidad líquida gobiernos e instituciones han aprendido muy poco de la crisis económica reciente: la respuesta a la quiebra fue endeudarse aun más.

Tal como el reciente "tsunami financiero" demostró a millones de personas que creían en los mercados capitalistas y en la banca capitalista como métodos evidentes para la resolución exitosa de problemas, el capitalismo se especializa en la creación de problemas, no en su resolución.

Al igual que los sistemas de los números naturales del famoso teorema de Kurt Gödel, el capitalismo no puede ser al mismo tiempo coherente y completo. Si es coherente con sus propios principios, surgen problemas que no puede abordar; y si trata de resolverlos, no puede hacerlo sin caer en la falta de coherencia con sus propias premisas. Mucho antes de que Gödel escribiera su teorema, Rosa Luxemburgo publicó su estudio sobre la "acumulación capitalista" en el que sugería que el capitalismo no puede sobrevivir sin economías "no capitalistas"; puede proceder según sus principios siempre cuando haya "territorios vírgenes" abiertos a la expansión y la explotación, si bien cuando los conquista con fines de explotación, el capitalismo los priva de su virginidad precapitalista y de esa forma agota las reservas que lo nutren. En buena medida es como una serpiente que se devora la cola: en un primer momento la comida abunda, pero pronto se hace cada vez más difícil de tragar, y poco después no queda nada que comer ni tampoco quien lo coma...

El capitalismo es en esencia un sistema parásito. Como todos los parásitos, puede prosperar un tiempo una vez que encuentra el organismo aún no explotado del que pueda alimentarse, pero no puede hacerlo sin dañar al anfitrión ni sin destruir tarde o temprano las condiciones de su prosperidad o hasta de su propia supervivencia.

Rosa Luxemburgo, que escribió en una era de imperialismo rampante y conquista territorial, no pudo prever que las tierras premodernas de continentes exóticos no eran los únicos posibles "anfitriones" de los que el capitalismo podía alimentarse para prolongar su vida e iniciar sucesivos ciclos de prosperidad. El capitalismo reveló desde entonces su asombroso ingenio para buscar y encontrar nuevas especies de anfitriones cada vez que la especie explotada con anterioridad se debilitaba. Una vez que anexó todas las tierras vírgenes "precapitalistas", el capitalismo inventó la "virginidad secundaria". Millones de hombres y mujeres que se dedicaban a ahorrar en lugar de a vivir del crédito fueron transformados con astucia en uno de esos territorios vírgenes aún no explotados.

La introducción de las tarjetas de crédito fue el indicio de lo que se avecinaba. Las tarjetas de crédito habían hecho irrupción en el mercado con una consigna elocuente y seductora: "elimine la espera para concretar el deseo". ¿Se desea algo pero no se ahorró lo suficiente para pagarlo? Bueno, en los viejos tiempos, que por fortuna ya quedaron atrás, había que postergar las satisfacciones (esa postergación, según Max Weber, uno de los padres de la sociología moderna, era el principio que hizo posible el advenimiento del capitalismo moderno): ajustarse el cinturón, negarse otros placeres, gastar de manera prudente y frugal y ahorrar el dinero que se podía apartar con la esperanza de que con el debido cuidado y paciencia se reuniría lo suficiente para concretar los sueños.

Gracias a Dios y a la benevolencia de los bancos, ya no es así. Con una tarjeta de crédito, ese orden se puede invertir: ¡disfrute ahora, pague después! La tarjeta de crédito nos da la libertad de manejar las propias satisfacciones, de obtener las cosas cuando las queremos, no cuando las ganamos y podemos pagarlas.

A los efectos de evitar reducir el efecto de las tarjetas de crédito y del crédito fácil a sólo una ganancia extraordinaria para quienes prestan, la deuda tenía que (¡y lo hizo con gran rapidez!) transformarse en un activo permanente de generación de ganancia. ¿No puede pagar su deuda? No se preocupe: a diferencia de los viejos prestamistas siniestros, ansiosos de recuperar lo que habían prestado en el plazo fijado de antemano, nosotros, los modernos prestamistas amistosos, no pedimos el reembolso de nuestro dinero sino que le ofrecemos darle aun más crédito para devolver la deuda anterior y quedarse con algún dinero adicional (vale decir, deuda) para pagar nuevos placeres. Somos los bancos a los que les gusta decir "sí". Los bancos amistosos. Los bancos sonrientes, como afirmaba uno de los comerciales más ingeniosos.


La trampa del crédito

Lo que ninguno de los comerciales declaraba abiertamente era que en realidad los bancos no querían que sus deudores reembolsaran los préstamos. Si los deudores devolvieran con puntualidad lo prestado, ya no estarían endeudados. Es su deuda (el interés mensual que se paga sobre la misma) lo que los prestamistas modernos amistosos (y de una notable sagacidad) decidieron y lograron reformular como la fuente principal de su ganancia ininterrumpida. Los clientes que devuelven con rapidez el dinero que pidieron son la pesadilla de los prestamistas. La gente que se niega a gastar dinero que no ganó y se abstiene de pedirlo prestado no resulta útil a los prestamistas, así como tampoco las personas que (motivadas por la prudencia o por un sentido anticuado del honor) se apresuran a pagar sus deudas a tiempo. Para beneficio suyo y de sus accionistas, los bancos y proveedores de tarjetas de crédito dependen ahora de un "servicio" ininterrumpido de deudas y no del rápido reembolso de las mismas. Por lo que a ellos concierne, un "deudor ideal" es el que nunca reembolsa el crédito por completo. Se pagan multas si se quiere reembolsar la totalidad de un crédito hipotecario antes del plazo acordado... Hasta la reciente "crisis del crédito", los bancos y emisores de tarjetas de crédito se mostraban más que dispuestos a ofrecer nuevos préstamos a deudores insolventes para cubrir los intereses impagos de créditos anteriores. Una de las principales compañías de tarjetas de crédito de Gran Bretaña se negó hace poco a renovar las tarjetas de los clientes que pagaban la totalidad de su deuda cada mes y, por lo tanto, no incurrían en interés punitorio alguno.

Para resumir, la "crisis del crédito" no fue resultado del fracaso de los bancos. Al contrario, fue un resultado por completo esperable, si bien inesperado, el fruto de su notable éxito: éxito en lo relativo a transformar a la enorme mayoría de los hombres y mujeres, viejos y jóvenes, en un ejército de deudores. Obtuvieron lo que querían conseguir: un ejército de deudores eternos, la autoperpetuación de la situación de "endeudamiento", mientras que se buscan más deudas como la única instancia realista de ahorro a partir de las deudas en que ya se incurrió.

Ingresar a esa situación se hizo más fácil que nunca en la historia de la humanidad, mientras que salir de la misma nunca fue tan difícil. Ya se tentó, sedujo y endeudó a todos aquellos a los que podía convertirse en deudores, así como a millones de otros a los que no se podía ni debía incitar a pedir prestado.

Como en todas las mutaciones anteriores del capitalismo, también esta vez el Estado asistió al establecimiento de nuevos terrenos fértiles para la explotación capitalista: fue a iniciativa del presidente Clinton que se introdujeron en los Estados Unidos las hipotecas subprime auspiciadas por el gobierno para ofrecer crédito para la compra de casas a personas que no tenían medios para reembolsar esos préstamos, y para transformar así en deudores a sectores de la población que hasta el momento habían sido inaccesibles a la explotación mediante el crédito...

Sin embargo, así como la desaparición de la gente descalza significa problemas para la industria del calzado, la desaparición de la gente no endeudada anuncia un desastre para el sector del crédito. La famosa predicción de Rosa Luxemburgo se cumplió una vez más: otra vez el capitalismo estuvo peligrosamente cerca del suicido al conseguir agotar la reserva de nuevos territorios vírgenes para la explotación...

Hasta ahora, la reacción a la "crisis del crédito", por más impresionante y hasta revolucionaria que pueda parecer una vez procesada en los titulares de los medios y las declaraciones de los políticos, fue "más de lo mismo", con la vana esperanza de que las posibilidades vigorizadoras de ganancia y consumo de esa etapa aún no se hayan agotado por completo: un intento de recapitalizar a los prestadores de dinero y de hacer que sus deudores vuelvan a ser dignos de crédito, de modo tal que el negocio de prestar y tomar prestado, de endeudarse y permanecer así, pueda retornar a lo "habitual".

El Estado benefactor para los ricos (que, a diferencia de su homónimo para los pobres, nunca vio cuestionada su racionalidad, y mucho menos interrumpidas sus operaciones) volvió a los salones de exposición tras abandonar las dependencias de servicio a las que se había relegado sus oficinas de forma temporaria para evitar comparaciones envidiosas.

Lo que los bancos no podían obtener –por medio de sus habituales tácticas de tentación y seducción–, lo hizo el Estado mediante la aplicación de su capacidad coercitiva, al obligar a la población a incurrir de forma colectiva en deudas de proporciones que no tenían precedentes: gravando/hipotecando el nivel de vida de generaciones que aún no habían nacido...

Los músculos del Estado, que hacía mucho tiempo que no se usaban con esos fines, volvieron a flexionarse en público, esta vez en aras de la continuación del juego cuyos participantes hacen que esa flexión se considere indignante, pero inevitable; un juego que, curiosamente, no puede soportar que el Estado ejercite sus músculos pero no puede sobrevivir sin ello.

Ahora, centenares de años después de que Rosa Luxemburgo diera a conocer su pensamiento, sabemos que la fuerza del capitalismo reside en su asombroso ingenio para buscar y encontrar nuevas especies de anfitriones cada vez que la especie que se explotó antes se debilita demasiado o muere, así como en la expedición y la velocidad virulentas con que se adapta a las idiosincrasias de sus nuevas pasturas. En el número de noviembre de 2008 de The New York Review of Books (en el artículo "La crisis y qué hacer al respecto" ), el inteligente analista y maestro del arte del marketing George Soros presentó el itinerario de las empresas capitalistas como una sucesión de "burbujas" de dimensiones que excedían en mucho su capacidad y explotaban con rapidez una vez que se alcanzaba el límite de su resistencia.

La "crisis del crédito" no marca el fin del capitalismo; sólo el agotamiento de una de sus sucesivas pasturas... La búsqueda de un nuevo prado comenzará pronto, tal como en el pasado, alentada por el Estado capitalista mediante la movilización compulsiva de recursos públicos (por medio de impuestos en lugar de a través de una seducción de mercado que se encuentra temporariamente fuera de operaciones). Se buscarán nuevas "tierras vírgenes" y se intentará por derecha o por izquierda abrirlas a la explotación hasta que sus posibilidades de aumentar las ganancias de accionistas y las bonificaciones de los directores quede a su vez agotada.

Como siempre (como también aprendimos en el siglo XX a partir de una larga serie de descubrimientos matemáticos desde Henri Poincaré hasta Edward Lorenz) un mínimo paso al costado puede llevar a un precipicio y terminar en una catástrofe. Hasta los más pequeños avances pueden desencadenar inundaciones y terminar en diluvio...

Los anuncios de otro "descubrimiento" de una isla desconocida atraen multitudes de aventureros que exceden en mucho las dimensiones del territorio virgen, multitudes que en un abrir y cerrar de ojos tendrían que volver corriendo a sus embarcaciones para huir del inminente desastre, esperando contra toda esperanza que las embarcaciones sigan ahí, intactas, protegidas...

La gran pregunta es en qué momento la lista de tierras disponibles para una "virginización secundaria" se agotará, y las exploraciones, por más frenéticas e ingeniosas que sean, dejarán de generar respiros temporarios. Los mercados, que están dominados por la "mentalidad cazadora" líquida moderna que reemplazó a la actitud de guardabosques premoderna y a la clásica postura moderna de jardinero, seguramente no se van a molestar en plantear esa pregunta, dado que viven de una alegre escapada de caza a otra como otra oportunidad de posponer, no importa qué tan brevemente ni a qué precio, el momento en que se detecte la verdad.

Todavía no empezamos a pensar con seriedad en la sustentabilidad de nuestra sociedad impulsada a crédito y consumo. "El regreso a la normalidad" pronostica un regreso a vías malas y siempre peligrosas. La intención de hacerlo es alarmante: indica que ni la gente que dirige las instituciones financieras, ni nuestros gobiernos, llegaron al fondo del problema con sus diagnósticos, y mucho menos con sus actos.

Parafraseando a Héctor Sants, el director de la Autoridad de Servicios Financieros, que hace poco confesó la existencia de "modelos empresarios mal equipados para sobrevivir al estrés (...), algo que lamentamos", Simon Jenkins, un analista de The Guardian de extraordinaria agudeza, observó que "fue como si un piloto protestara porque su avión vuela bien a excepción de los motores".

miércoles, 13 de abril de 2011

Las verdades de Bauman


Por Ramon Morata
Publicado en Articulos claves

Mientras Vladimir Nabokov enseñaba a sus alumnos a olvidarse del sentido común a la hora de crear para que reinara la imaginación y con ella abrir caminos para dar vida al mejor arte; muchos pensadores contemporáneos piden la reivindicación del sentido común para sacar la vida adelante.

Porque el haberle dado la espalda en favor de una modernización del mundo a través de ideas más rebuscadas o sofisticadas se olvidaron de que en la sencillez y la claridad de éstas suelen estar las soluciones. De nuevo, nadie ha querido reconocer que el rey va desnudo. Zygmunt Bauman (Poznan, Polonia, 1925) lo ha señalado. Puede sonar a una simplificación de sus teorías y estudios, pero es uno de los mensajes que me han dejado sus reflexiones sobre la convivencia y la condición humana en estos tiempos, junto a esa ilusión del ser humano de comprender el mundo con dos preguntas: ¿para qué? ¿para vivir mejor cada uno? o ¿para mejorar el mundo?

Zygmunt Bauman mira atrás con detenimiento y serenidad para comprender el presente y tratar de vislumbrar hacia dónde nos encaminamos. Desafíos y más desafíos en un mundo cada vez más rápido y más cambiante. En incesante metamorfosis. Con más incertidumbres. Como aquel grafiti que decía: "Cuando teníamos las respuestas, nos cambiaron las preguntas". No digo nada más y doy paso a algunas reflexiones de Zygmunt Bauman recogidas en dos libros recientes: El tiempo apremia. Conversaciones con Citlali Rovirosa-Madrazo (Arcadia) y Mundo consumo. Ética del individuo en la aldea global (Paidós). Empiezo con unas citas del primero de ellos:

- "Me resulta imposible sentir nostalgia por el comunismo. Para mí el comunismo, que en una ocasión describí como el "impaciente hermano menor del socialismo", supone la imposición de una "fórmula mágica para alcanzar el Reino de la Libertad". Por más seductora y alentadora que suene tal fórmula, en la práctica ha representado inevitablemente la sepultura de las libertades, la esclavitud, donde quiera que se haya realizado".

- "¿Nostalgia del socialismo? Podría sentirla si hubiera perdido alguna vez la confianza en la sabiduría y en la humanidad que caracterizan al socialismo (cosa que no he hecho), y si en vez de haber considerado el socialismo como una postura o como una orientación lo hubiera entendido como un determinado tipo de sociedad, de plan o de modelo particular de orden social (cosa que dejé de creer hace mucho tiempo). Para mí el socialismo supone una extrema sensibilidad hacia la desigualdad y la injusticia, la opresión y la discriminación, la humillación y la negación de la dignidad humana. De modo que adopatar una 'posición socialista' significa oponerse y ofrecer resistencia a todos esos atropellos cuando quiera y dondequiera que ocurran, cualquiera que sea la idea en nombre de la que se perpetre y quienesquiera sean sus víctimas".

- "¿Y qué decirle del capitalismo? (...) Con él ocurre lo mismo que con los sistemas de números naturales en el célebre teorema de Kurt Gödel: no puede ser simultáneamente consecuente y complejo; si es consecuente con sus propios principios, genera problemas que es incapaz de resolver; y si intenta resolverlos resulta necesariamente incoherente con sus propios presupuestos fundamentales"



- "Todavía está por ver si el hecho de que los gigantes económicos hayan acudido a la vilipendiada 'burocracia del Estado' para que los salve, aparecerá en los libros de historia como un acto de contricción del capitalismo global o como otro astuto ardid para acceder a zonas que las anteriores prácticas gestionadas por el propio capital no habían conseguido conquistar ni explotar. Como siempre, ahora se espera que 'la gente corriente' llene las arcas vacías de las empresas multinacionales; como no quisimos rascarnos el bolsillo todo lo que hubiéramos debido cuando nos tentaban y nos seducían para lograrlo, tal vez lo hagamos ahora si el Estado nos obliga a hipotecar nuestro futuro y el de nuestros hijos a niveles que no hubiéramos aceptado por mucho que nos tentara y sedujera la agencia publicitaria más astuta".


En cuanot a su libro Mundo consumo (Paidós), Bauman escribe sobre temas como la ética en este tiempo globalizado lleno de consumidores, la vida acelerada o la libertad en la era de la modernidad líquida. Aquí algunos pasajes:


- "El esfuerzo que desplegamos con la intención de entender el mundo es ciertamente una lucha. Podría decirse que una lucha contra los elementos a la que nunca se da término. Continuamos sin divisar una victoria final en esa batalla, pues aquélla se resiste a asomar por el horizonte. Y lo más enojoso del caso es que la esperanza de obtener una mínima comprensión del mundo parece más inalcanzable ahora de lo que era en tiempos pasados, pero no muy remotos".

- "La ausencia de una división nítida y estable entre un centro y una periferia planetarios, unida a la nueva multidimensionalidad de las relaciones entre superiores e inferiores, no augura una 'nivelación' de las condiciones humanas a nivel mundial, y, desde luego, no supone el advenimiento (ni siquiera el avance gradual) de la igualdad. En la actual constelación de condiciones globales necesarias para una vida digna y agradable, la estrella de la paridad brilla con creciente fulgor allí donde antes refulgía la de la igualdad".


- "La posibilidad de poblar el mundo con personas que se interesen más por los demás o de inducir a la gente a mostrar más interés por otras personas no figura en el panorama pintado de la utopía consumista".


- "El espacio de los consumidores de la modernidad líquida necesitan (y por el que se les aconseja por activa y por pasiva que luchen) sólo puede ser conquistado desahuciando a otros seres humanos, y, en especial, a la clase de personas que se interesen por otras o que pueden necesitar la atención de otras".


- "En nuestra sociedad de consumidores, las ganas de reproducir el estilo de vida recomendado en ese preciso momento por las más recientes ofertas del mercado y elogiado por los portavoces voluntarios o el sueldo de esos mismos mercados han dejado de estar relacionadas con una coacción externa (ofensiva e irritante). Hoy, por el contrario, ese impulso tiende a ser percibido como una manifestación y una prueba más de nuestra libertad personal. Sólo cuando intentamos desentendernos y retirarnos de la carrera permanente en pos de una identidad que nos resulta esquiva y que no está nunca terminada nos damos cuenta de lo poderosas que son las fuerzas que dirigen la pista de competición, vigilan sus accesos y hacen que los corredores sigan dando vueltas. Y sólo entonces descubrimos lo severo que es el castigo que les espera a los incautos y a los subordinados".

martes, 12 de abril de 2011

SUPER BOWL, BOTOX, IMAGEN Y LA MODERNIDAD LIQUIDA


Por Alvin Reyes

Publicado en fines.org.do

Uno de los pensadores mas destacados en los últimos años es el polaco residente en Londres Zygmunt Bauman, creador del termino modernidad liquida para referirse a la época de velocidad, transitoriedad y cambio que vivimos actualmente. Para Bauman hemos pasado de ser una sociedad de productores a una sociedad de consumidores. En la etapa sólida “El capital, la dirección y el trabajo estaban condenados, para bien o para mal, a permanecer juntos durante mucho tiempo.” (Zygmunt Bauman Modernidad Liquida Fondo de cultura económica. 2000. Pag. 63 ). “Como observa Cohen “quien empieza su carrera en Microsoft no tiene idea donde la terminara” (Idem)

Para abrirse paso a través del matorral denso, oscuro, laberíntico de la competitividad global "desregulada" hacia el candelero de la atención pública, los bienes, servicios y señales deben despertar el deseo, y para ello deben seducir a los consumidores eventuales, superando a la competencia. Pero, una vez logrado su objetivo, deben ceder rápidamente su lugar a otros objetos de deseo para no detener esa búsqueda global de ganancias y más ganancias llamada hoy "crecimiento económico". La industria actual está montada para producir atracciones y tentaciones. La naturaleza propia de las atracciones consiste en que tientan y seducen sólo en tanto nos hacen señas desde esa lejanía que llamamos futuro; por su parte, la tentación no sobrevive mucho tiempo a la rendición del tentado, así como el deseo jamás sobrevive a su satisfacción”. (Zygmunt Bauman “Turistas y vagabundos” La globalización consecuencias humanas)

Super Bowl XLV

El domingo 6 de febrero se celebro por XLV ocasión el evento deportivo más famoso de EE UU: El Super Bowl. Por espacio de cuatro cuartos de 15 minutos 22 hombres se enfrentaron por un balón de cuero llevándolo y trayéndolo por un espacio de 100 yardas finalizando con un resultado a favor de los Green Bay Packers sobre los Pittsburgh Steelers 31 tantos a 25. Esto es lo sólido, el deporte, el resultado del juego y la proeza de los jugadores.

Una búsqueda en internet con google arroja las siguientes informaciones:

· Nuevo récord mundial de 4.064 tweets por segundo durante la Super Bowl (Europa Press)

El blog de Twitter ha hecho público en su blog un nuevo récord de tweets por segundo (TPS) en un encuentro deportivo. Este pasado domingo, durante el Super Bowl, se produjo una nueva plusmarca en el registro de Twitter, con un total 4.064 tweets por segundo, superando los conseguidos durante el mundial de fútbol de Sudáfrica, donde se llegó a alcanzar la cifra de los 3.283 tweets por segundo. (http://www.europapress.es/portaltic/internet/noticia-nuevo-record-mundial-4064-tweets-segundo-super-bowl-20110210161051.html)

· Christina Aguilera acaba de vivir uno de los momentos más bochornosos de su carrera. La artista cantó el himno nacional en la apertura de la Super Bowl 2011, ante una audiencia de millones de personas de todo el mundo.

En la primera pagina de resultados de búsqueda ni hay ninguna referencia al resultado del juego y el sitio oficial de la NFL en su primera pagina lo que anuncia es una camiseta alusiva la evento. Demás esta decir que en los programas deportivos del lunes siete solo se hablaba de los comerciales del Super Bowl, del show del medio tiempo a cargo de Black Eyes Peas y del error de Cristina Aguilera al interpretar el himno estadounidense. Esto es lo liquido. Lo que no aporta nada al juego, se habla más del costo del estadio de Dallas que de las yardas de pase de los quaterbacks enfrentados.

Botox

Hoy en día todo el mundo quiere estar en forma, ya sea en la mañana temprano o al caer la tarde, el parque mirador se llena de caminantes en busca de ejercicio al aire libre. Además los gimnasios de la ciudad se abarrotan de empleados públicos y privados de clase media y alta en busca de “Mens sana in corpore sano”. Hay una moda de cultivar tu cuerpo, de ser eternamente joven, ya en nuestro país son varios los casos de mujeres muertas en operaciones de liposucción. En Modernidad Liquida Bauman señala: “Todos los que buscan estar en forma solamente saben con certeza que no están lo suficiente en forma y que deben seguir esforzándose. Es un estado de perpetuo autoescritinio, autoreproche y auto desaprobación y, por lo tanto, ansiedad constante”.

Esa ansiedad constante lleva a las personas a experimentar todos los productos y panaceas que se ofrezcan para ofrecer el estado de salud perfecto y la eterna juventud. En este contexto surgió el Botox. “Casi todo el mundo está ya familiarizado con el botox. La toxina botulínica es uno de los tratamientos antienvejecimiento más demandados actualmente. Se aplica principalmente en la mitad superior del rostro, el entrecejo es una de las zonas más habituales. Según los especialistas, esta sustancia paraliza temporalmente los músculos evitando que se contraigan, de esta forma, se previene la formación de arrugas y las existentes se suavizan hasta ser casi inapreciables. Pacientes y cirujanos lo recomiendan porque, según dicen, no requiere preparación ni cuidados posteriores, no es doloroso y no deja cicatrices. Y además, es más barato que el lifting.” (http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Arrepentidos/botox/elpepisoc/20110208elpepisoc_1/Tes).

Pero que ha ocurrido en unos años después de la popularización de la toxina: “A Martin Scorsese le cuesta cada vez más encontrar actrices que transmitan emociones en los planos cortos. El director de cine estadounidense se ha declarado contrario al efecto que conlleva el abuso del botox y de los lifting que bombardean cualquier atisbo natural de comunicación no verbal. En Hollywood la plasticidad de las caras retocadas empieza a ser un inconveniente más que un bálsamo estético.” (http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Arrepentidos/botox/elpepisoc/20110208elpepisoc_1/Tes).

Y como el mismo artículo señala, en consonancia con Bauman: “Aunque todo el mundo sueña con la naturalidad, es la "apariencia" de la naturalidad lo que cuenta. Joana Bonet, directora de la revista Marie Claire y colaboradora del programa Hoy por hoy de la Cadena SER opina que se trata de una falsa naturalidad. "Se ha idealizado porque vivimos en pleno apogeo del juvenismo. Ese elogio hacia la juventud se ha convertido en un icono, cuando en los años sesenta y setenta se proyectaba la belleza como imagen de la madurez y equivalía a plenitud. Ahora se vive una presión social para parecer joven. Vivimos implantados en esa impostura que por otro lado se justifica por el alargamiento de la esperanza de vida"((http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Arrepentidos/botox/elpepisoc/20110208elpepisoc_1/Tes).

Imagen

La imagen lo es todo en la sociedad de la Modernidad Liquida, no el ser, si no el parecer. Creo que la gran popularidad de las “redes sociales” viene del hecho de que, a través de la red, puedo mostrar al mundo lo que yo quiero que el mundo piense que soy. Por ejemplo, si me gusta el alpinismo todas mis imágenes serán sobre mis excursiones, si me gusta la vida nocturna y las discotecas esa será la imagen que transmitiré por la red.

En un reportaje publicado por BBC mundo se señala lo siguiente: “Y es que tan sólo en Facebook, Flickr, Photo Bucket e ImageShack existen más de 85 mil millones de fotografías.” (http://www.bbc.co.uk/blogs/mundo/un_mundo_feliz/2011/02/un_mundo_inundado_de_fotos.html#more).

Es tal el uso desmesurado a las redes sociales que ya se está hablando de una segunda burbuja en internet. “Pero el problema apunta al resto de compañías de Internet que, como Facebook, han adquirido una elevadísima valoración en un corto periodo de tiempo. Los 500 millones de dólares que Goldman Sachs y el fondo ruso DST han pagado por un trozo de la red social, disparando su valor de 1.000 millones de dólares a 50.000 en cuatro años, han generando una temida sensación de déjà vu entre inversores y analistas. Rememoran lo que ocurrió entre 1998 y 2001, cuando el Nasdaq se convirtió en un bingo planetario en el que hasta las amas de casa apostaban en empresas puntocom”. (http://www.elpais.com/articulo/empresas/sectores/Burbuja/puntocom/segunda/parte/elpepueconeg/20110116elpnegemp_3/Tes).

El mundo es una imagen. El mundo dejo de ser sólido. Se volvió líquido. Yo ya no soy nunca más yo. Soy la imagen que proyecto. Nos volvimos líquidos sin sustancia ni consistencia. Una caricatura, muesca de los seres humanos que fuimos.

Quiero terminar con un gesto de los hermanos Coen, cineastas independientes ganadores de varios Oscars. Durante una rueda de prensa un periodista les preguntó “Donde guardan sus Oscars? El gesto de ambos al escucharla se torció. Se limitaron a mirarse, a sonreír, a levantarse de la mesa y a saludar educadamente a la prensa.” (http://www.elpais.com/articulo/cultura/Hay/Espana/algo/Oscar/elpepicul/20110205elpepicul_1/Tes).

Un gesto que los enaltece ante una pregunta líquida.


Zygmunt Bauman, un transeúnte irlandés


"La Jornada semanal entrevista al sociologo Zygmunt Bauman"


México, D.F..- Bauman, que hizo de la modernidad su gran tema de estudio (en obras como Modernidad y holocuastoo Modernidad líquida) argumenta en Europa...que fue la misma modernidad –ese “invento” europeo– la que hizo al viejo continente más débil: con el paso de la “modernidad sólida” hacia la “modernidad líquida”, Europa entró en una crisis, perdió las fuerzas y el control sobre el mundo. Sin embargo, esta debilidad pudo haber sido –según Bauman– una ventaja. Criticando a Estados Unidos –“un planeta de Fukuyama/Hobbes” dónde predominaba la lógica de la fuerza militar–, el sociólogo polaco dirigía su mirada hacia la ue– “un (posible) planeta de Kant” de la paz perpetua, apto para actuar éticamente: la misma Europa que en el pasado desencadenaba guerras hobbesianas (bellum omnium contra omnes), una fuerza conquistadora de otros continentes podía ahora dedicarse a hacer de este mundo un lugar más hospitalario.

–¿No resulta su análisis demasiado eurocentrista?

–Escribo y hablo más sobre Europa, porque la conozco mejor que otros continentes y porque siento una gran co-resposabilidad por sus actuaciones. A pesar de esto, a diestra y siniestra estoy pregonando el policentrismo del mundo actual y la necesidad de pasar de la integración de las naciones a la integración de toda la humanidad.

Una tarea indispensable, pero sumamente difícil, ya que el panorama general pintado por Bauman es poco alentador:

–Padecemos una falta de recursos, magnificada por la cantidad de tareas; una incompatibilidad de herramientas con metas. Todos sufrimos a raíz del divorcio del poder (Macht) con la política(Politik)

–¿Dónde está su parte optimista?

–Hasta hace poco iba con conferencias a muchas partes: después de las presentaciones casi siempre alguien me preguntaba por qué soy tan pesimista; a menos que la conferencia estuviera dedicada a Europa, entonces me preguntaban ¿por qué soy tan optimista?

–¿Cómo entender este contraste?

–La diferencia reside en el estatus cognitivo de los dos análisis: usted mismo alababa a Gramsci y a su llamado a contrarrestar “el pesimismo de la inteligencia” con “el optimismo de la voluntad” [véase Maciek Winiewsky, Zygmunt Bauman: un pesimista insólito en La Jornada, 12/ VI/ 2010.] Y Europa parecía tener precisamente esa voluntad: parecía saber qué era lo que quería y se preparaba para vencer al Goliath de la inevitabilidad con la honda davidiana de la voluntad. Sólo ella se ponía a resolver los problemas tratados por el resto de planeta como irresolubles, por ejemplo, la convivencia cotidiana con la otroedad sin demandar al otro que renuncie a ella.

En su largo ensayo titulado Does Ethics Have a Chance in a World of Consumers? (publicado en español bajo el título Mundo consumo), Bauman anota que el problema de esta convivencia ha sido tratado –¡ya en su dimensión planetaria!– por Immanuel Kant (en Idee zu einer allgemeinen Geschichte in weltbürgerlicher Absicht, un pequeño, luego olvidado librito de 1784), y puesto como un problema de la hospitalidad. Kant razonaba en términos muy simples: ya que nuestro planeta es una esfera, la gente no tiene a dónde huir, no puede deshacerse de otros y por lo tanto tiene que encontrar algún modus vivendi.

Según el sociólogo polaco, antes el desarrollo de la modernidad permitía ignorar el problema de la hospitalidad, pero ahora este se ha vuelto central: hoy más que nunca vivimos en una interdependencia, dónde cualquier acción hacia los otros termina afectándonos a nosotros mismos.

Si más bien, según Bauman, este ideal de hospitalidad ha sido alcanzado por Europa (un continente de distancias relativamente pequeñas, con una gran diversidad cultural y religiosa), y ahora ésta podría transmitírsela al resto del mundo; después de la desintegración del sistema colonial, la misma Europa dejó de ser hospitalaria con los demás, convirtiéndose en Festung-Europa, una fortaleza, debajo de cuyos muros mueren, por ejemplo, los migrantes africanos ahogados en el Mar Mediterráneo.

–En este sentido: ¿tiene todavía Europa algo que ofrecer al mundo?

–En mi libro sugerí que las experiencias ganadas en una brega de la “unificación de Europa”, podían hacer que ésta, una damisela muy acomodada, fuera apta para aportar a su renovado matrimonio con el mundo una dote que el cónyuge necesitaba como los pulmones el aire, pero podía pasar que el resultado fuera sólo el ejercicio de algo que Jürgen Habermas llamó Standortkonkurrenz: una competencia de Estados nacionales por atrapar el flujo del capital transnacional y un afán de sacar los mejores trozos de recursos mundiales disminuyentes. Frente a Europa, escribía, se presentaban dos estrategias de autodefinición y yo personalmente soñaba con la estrategia de “ambición y responsabilidad”. Resultó diferente: Europa optó por la “colectivización de los egoísmos nacionales”, que significa un Standortkonkurrenz global: una elección poco afortunada, pero de ninguna manera irreversible. Pero la amenaza de Europa de traicionar a su vocación y de desperdiciar su potencial benigno, no se limita sólo a estar obsesionada por el pragmatismo de Standortkonkurrenz. Bien nota usted: Europa, la casa natal de Kant, un profeta del mundo hospitalario, da al mundo de hoy un buen ejemplo de la... inhospitalidad. A la larga, esto significará su perdición. Se hace todo para sellar las puertas de la fortaleza y para atrapar a los intrusos: pero ellos también son las víctimas de Europa. Es gente llevada a la miseria por el estilo de vida inventada por Europa y luego exportada a otras partes, una forma de vida que produce a escala masiva gente prescindible, destinada a desperdicio: personas que son productos defectuosos de la “racionalización” y residuos del “progreso económico”. Antes Europa, pionera de la “modernización”, se salvaba mediante las soluciones globales a un problema generado localmente; ahora les exige a otras partes del mundo, que fueron forzadas por ella a “modernizarse”, a que busquen soluciones locales a los problemas generados globalmente.

Si en el marco externo Europa optó por un auto-interés encima del deber ético, lo mismo parece pasar ahora en el marco interno: la UE, “una comunidad imaginaria” de los países iguales por encima de múltiples diferencias, al reaccionar a la crisis acentuó las diferencias y la competencia entre los países miembros. Aunque Jürgen Habermas, un filósofo quasi oficial de la UE, confía que la crisis de la euro zona despertará la conciencia por encima de las fronteras nacionales de compartir un “destino europeo común”, aquí sólo funcionó la lógica de “sálvese quién pueda”.

–¿La reacción a la crisis financiera no ha negado “lo común” de Europa?

–¿La comunidad cultural, identidad común, el amor mutuo, solidaridad? Todo esto apareció como lo que los ingleses llaman afterthought, como una reflexión después. Parecía un simple maquillaje de la ideología a los hechos. Recordemos que al nacer la Unión Europea, Monet, Schuman, De Gasperi, Adenauer o Spaak no pensaban en ningún “proyecto político” y menos en una “comunidad imaginaria”. Los padres fundadores de la UE hablaban sólo de carbón y de acero. Ya que la cultura necesita tiempo para alcanzar las cambiantes condiciones de la vida –el llamado cultural lag– la conciencia acerca de la comunidad de intereses no le sigue el ritmo a la coincidencia de intereses. La conciencia o la cultura existen a través de un constante hacerse. Por lo tanto, las siguientes crisis no nos encuentran preparados. A las nuevas situaciones respondemos con las viejas costumbres y la lógica “sálvese quién pueda” es quizás la más enraizada.

La crisis sirve ahora para aplicar las recetas ultraneoliberales: los gobiernos de Grecia o España congelan los salarios, desmantelan los derechos sociales y laborales. Planes de austeridad significan más incertidumbre para el mundo del trabajo y más garantías al capital: el proyecto dominante en Europa –sin duda alguna con vinculación con los cambios en la economía global– parece ser suprimir el trabajo y favorecer al capital.

–¿Será que en este sentido Europa renuncia a la capacidad de proteger a sus ciudadanos de las consecuencias de la globalización negativa, un concepto que usted emplea para la globalización de finanzas y comercio, contrapuesto a la globalización positiva de las instituciones políticas, jurídicas y de justicia?

–Repito hasta el cansancio: las soluciones a los problemas globales, sólo pueden tener un carácter global. Europa no tiene ninguna culpa por no saber resolver estos problemas en su patio y con sus propios recursos; al fina y al cabo esto es una buena señal, ya que pone de manifiesto la irracionalidad del “proyecto Festung Europa. Lo único por lo que se puede y debe culparla es por no haber hecho lo suficiente, en realidad nada, para promover a la “globalización positiva”. La suerte de Grecia o Letonia hubiera sido quizás peor sin la UE. Pero sin una decidida declaración a favor de la estrategia de”ambición y responsabilidad”, estaremos condenados a un eterno caminar desde la crisis hasta la crisis, de la catástrofe a la catástrofe.

Y “desde la crisis hasta la catástrofe”parece ser precisamente el sendero y la suerte actual de Europa: según Étienne Balibar, la crisis ha dejado en claro que Europa, como un “proyecto político” ya está muerta, y así quedará al menos si no es refundada desde nuevas bases. Por su parte Samir Amin afirma que la UE en cinco años dejará de existir. Pero según Bauman la parte fuerte de Europa ha sido siempre la habilidad de buscar soluciones.

–¿Cómo buscamos y dónde? ¿Cuál es el futuro Europa?

–A este tipo de preguntas, que me suelen hacer muy a menudo, respondo con este chiste irlandés: un conductor detiene el automóvil y le pregunta a un transeúnte por el camino a Dublín; el preguntado le contesta: mi estimado, si yo quisiera ir a Dublín ¡no empezaría desde aquí! Pero bueno, no tenemos otro lugar y al final hay que ir a este Dublín... Sin embargo, no teniendo el talento de un profeta, quizás no puedo ser más ayuda que aquel transeúnte irlandés. A diferencia de otros como Balibar o Amin, no suelo tratar mi ignorancia como una razón suficiente para hacer predicciones y escribir necrologías. Los caminos de la futurología están marcados tanto por las tumbas de anuncios de muertes precipitadas, como por las de los nacidos muertos anuncios de sobrevivencia.

–Sea como fuere, la “aventura Europa” no se desarrolla como usted esperaba...

–¿Me he equivocado poniendo mis esperanzas en ella? Quizás. Pero ¿ha sido posible saber que era una equivocación, cuando la cometía? Poseer de antemano “la certeza” de la equivocación, sólo se puede por el precio de negar la confianza en la honda davidiana. Entonces ¿qué pasa con la esperanza? La deposito en un hecho, de que en el estado actual del mundo, y quizás por primera vez en la historia de la humanidad, el instinto de supervivencia y el sentido moral dictan la misma cosa: o vamos a ayudarnos mutuamente a remar en este barco global donde todos estamos amontonados, o todos vamos a naufragar.

Quien es Zygmunt Bauman


La calidad estetica de los escritos sociologicos de Zygmunt Bauman es bien reconocida y ampliamente admirada. Su influencia puede contastarse a traves de sus multiples publicaciones.
Bauman es uno de los pensadores globales mas significativos de nuestra epoca, su contribucion con la creacion del concepto de "modernidad liquida" ha influenciado a pensadores de todas las disciplinas.

Nació en Poznan (Polonia) en una humilde familia judía. Huyendo de los nazis se trasladó a la Unión Soviética para regresar posteriormente a Polonia, donde militó en el Partido Comunista[1] y fue profesor de filosofía y sociología en la Universidad de Varsovia antes de verse obligado a irse de Polonia en 1968 a causa de la política antisemita desarrollada por el gobierno comunista después de los sucesos de marzo de 1968. Posteriormente a su purga de la universidad de Varsovia, ha enseñado sociología en países como Israel, Estados Unidos y Canadá.

Desde 1971 reside en Inglaterra. Es profesor en la Universidad de Leeds de ese país. Y, desde 1990, es profesor emérito. Su obra comienza en los años 50 y se ocupa, entre otras cosas, de cuestiones tales como las clases sociales, el socialismo, el holocausto, la hermenéutica, la modernidad y la posmodernidad, el consumismo, la globalización y la nueva pobreza.

Recientemente fue creado en la universidad de Leeds el Instituto Bauman. Fue establecido en honor del profesor emerito, el interes del instiruo se enfoca en la investigacion de los procesos de los cambios sociales. Sus investigaciones se concentran en: el consumismo y la sostenibilidad, globalizacion riesgo e incertidumbre, el estudio del trabajo sociologico de Zygmunt Bauman.

Mas informacion:

http://es.wikipedia.org/wiki/Zygmunt_Bauman

http://www.sociology.leeds.ac.uk/bauman/