Algunos de mis amigos me dicen que me gusta generalizar y que estos son casos aislados, lamentablemente no comparo su criterio y creo que estos casos tienen todos el mismo origen: hemos extraviado el camino en nuestras vidas en busqueda de la felicidad material y en llenarnos la vida de disparates. Alvin Reyes.
Le sirvió un plato de avena con un potente insecticida para plantas. No lo dudó. La cólera que le embargaba por no haberle comprado el celular pudo más y eso la llevó a matar a su propio padre. Este escalofriante crimen lo cometió la adolescente de 14 años, N.R.A.V, en el caserío de Chorobal, en la sierra de Chao, provincia de Virú, región La Libertad.
Cuando se enteraron de la noticia, los vecinos de la familia Aguirre Valderrama no lo podían creer. En realidad, la menor había dado la misma ración a toda su familia: su mamá y sus dos hermanos que estaban reunidos para desayunar a las siete de la mañana.
Días atrás, la menor había solicitado la compra de un moderno celular a sus padres; pero no le habían hecho caso.
Luis Antonio Aguirre Rojas, de 73 años, murió en el acto ni bien probó la comida que le sirvió su hija. Victoria Teresa Valderrama Ruiz, de 57 años, también comió la avena al igual que sus hermanos. Ellos convulsionaron y fueron trasladados después al nosocomio más cercano de la casa.
Hasta el cierre de edición, tanto la madre como sus dos hijos se recuperaban luego de haber pasado por un lavado gástrico; mientras que la menor de edad se encontraba en la Dirincri de Virú.
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