martes, 19 de febrero de 2013

Esteroides: por la fama y la gloria

Por Alvin Reyes



Ya no es una sorpresa para nadie, es una noticia habitual en la prensa deportiva la de los jugadores acusados o culpables de dopaje. No bien nos estamos recuperando del caso de Lance Armstrong cuando estalla lo de la clínica de genética de Miami donde según reportes Alex Rodríguez, Nelson Cruz, Melky Cabrera y un grupo de astros del beisbol recibían inyecciones de esteroides.

Lo común cada vez que estallan los escándalos es que se  acuse de tramposos a los deportistas que consumen esteroides negándoles hasta el derecho de entrar al nicho de los inmortales, en el caso del beisbol o se les retiran los premios obtenidos en el periodo, como en el caso de Armstrong. Con toda la condena al ostracismo que esto conlleva.

Una parte de la sociedad se asombra entonces y se pregunta “cómo es posible que estos  muchachos incurran en esto?”. “No saben los riesgos para su salud que esto conlleva y que además puede costarle la carrera?”. Pero los que así razonan no toman en cuenta algo muy importante: desde el punto de vista de la sociedad en que vivimos el riesgo vale la pena.

Y para ilustrar lo que quiero decir usare el beisbol como ejemplo. Para un pelotero que tenga la capacidad de batear 275 de promedio, conectar 13 jonrones y empujar 55 carreras de manera natural el hecho de que, usando sustancias químicas, pueda elevar sus estadísticas de producción y batear 303, 37 jonrones y 106 carreras, este desarrollo puede significar decenas y cientos de millones. Veamos estos contratos:

PELOTEROS QUE MÁS DINERO GANAN EN LAS MAYORES
1) Alex Rodríguez (27,5 millones por años)
2) Ryan Howard (25 millones)
3) Cliff Lee (24 millones)
4) Albert Pujols (24 millones)
5) Prince Fielder (23,78 millones)




27 millones de dólares en un año y toda la fama y la gloria que eso conlleva es demasiada tentación. Los equipos deportivos, las marcas de ropas y de autos, etc, los contratos de las cadenas de televisión han creado una dinámica de contratos jugosos que han hecho que el consumo de esteroides sea un riesgo que no pocos atletas se atrevan a asumir.

Es cierto que el que consume sustancias es un tramposo pero también la cultura del éxito a toda costa que estamos viviendo hace que la tentación sea grande, además si los contratos deportivos no fueran tan exageradamente grandes todos nos beneficiaríamos. Cómo?.

Sencillo. Si el sueldo más alto que un equipo de beisbol pagase  fuera de 3 o 5 millones por año, una cantidad que cualquier profesional de cualquier carrera ya soñaría con ganar, las entradas a los estadios fueran más baratas, la comida y la bebida dentro del estadio costaría menos, los contratos de televisión fueran menores por lo que su factura de tele cable costaría unos pesos menos.

Pero como escribía el difunto y siempre recordado Tano Martino eso corresponde a la isla de la fantasía.

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