Alvin Reyes
Desde que se inició el periodo de crisis en que ha entrado
el capitalismo hace casi una década hemos estados escuchando montones de teorías
sobre las causas, hemos visto las acusaciones a banqueros como los principales
causantes, con sus prácticas especulativas. No somos economistas para tratar de
hacer aquí una radiografía de la crisis pero queremos dejar destacado un
elemento que no he escuchado a ningún economista tratar.
En el libro de
Joseph Stiglitz El precio de la desigualdad el economista dice, refiriéndose a
la burbuja tecnológica de los 90 “Una normativa
inadecuada, una contabilidad deficiente y unas prácticas bancarias deshonestas
e incompetentes también contribuyeron a crear la burbuja tecnológica. Es de
sobra conocido que los bancos habían promocionado entre sus clientes acciones
que sabían que eran «bodrios». La remuneración por «incentivos» proporcionó un
aliciente a los máximos directivos para distorsionar su contabilidad, para declarar
unos beneficios mucho mayores de lo que eran en realidad.” (Joseph Stiglitz. El precio de la desigualdad. 1 Ed.
Libros Taurus. 2012. Pág. 139). O sea que los banqueros inflaron
artificialmente el valor de esas acciones, acciones de compañías que eran “bodrios”
y la vendieron ganándose un buen dinero por distorsionar el valor real de las
empresas. Eso está clarísimo.
Ahora, por qué en todas las crisis surge un elemento
especulativo? Por qué se infla el valor de un artículo, de una empresa, de una
mina?. Para despertar en los demás, para despertar en nosotros la codicia. La codicia
humana no es tema de análisis por parte de los economistas a quienes no les
interesan las imperfecciones de la conducta humana. Todos los cálculos se hacen
basados en modelos matemáticos que funcionan a la perfección mientras no lleguen
las pasiones humanas y la codicia es una de la que ocupa los peldaños más bajos
en la escala de valores.
Aquí en Dominicana de rato en rato somos testigos de
estafas realizadas por empresas que prometen ganancias muy por encima del
rendimiento real del mercado. Estas empresas después que ganan un montón de
dinero se alzan con el santo y la limosna dejando detrás de ellos un grupo de
personas estafadas y arruinadas. Pero no menos cierto es que estas personas, la
mayoría, tenían su dinero invertidos en negocios que rentaban lo que pagaba la media
del valor del dinero en ese momento y la codicia les impulsó a sacar sus
inversiones de donde lo tenían soñando con multiplicarlo en poco tiempo.
Triste verdad de la condición del hombre pero las mayorías
de nuestras acciones como seres humanos están la mayor de las veces motivadas
por la codicia y el afán de dinero fácil, rápido y mucho. Y podemos concluir aquí
citando a Roger Babson “El ciclo económico está en progreso hoy,
como lo ha estado en el pasado. El Sistema de la Reserva Federal ha colocado
los bancos en una posición firme, pero esto no ha cambiado la naturaleza
humana. Las personas están especulando hoy como nunca en nuestra historia. Tarde
o temprano llegará la caída y será terrible”
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