Por Luna Publicado en
Semanario AlternativasEn estos días titulares en la gran prensa han acaparado la atención; "niños matan de manera salvaje a un perro y lo filman"
vecinos reclaman justicia y otros muchos venganza ¡
¿Donde está el problema?
Los uruguayos vivimos durante mucho tiempo con el mito del país culto, pacífico, amante de la constitución, de la palabra, coloquial….
Poco a poco todos estos mitos se han ido derrumbando como un castillo de cartas y toca mirarse de frente; es decir tratar de desentrañar en que tipo de sociedad vivimos y porque es así.
Tal vez muchos de los problemas que hoy son tratados de manera mediática siempre existieron pero estuvieron poco visibles, eso es posible pero sentimos, sabemos que hay más. Sabemos que los valores en general y en particular han ido mutando en la medida que los dioses dinero y poder reemplazaron todos los antiguos mitos y valores.
Sabemos que la democracia es un sistema madre de lo que hoy vivimos y que esto es democracia; no un supuesto estado perfecto, justo y que se base en el bienestar común y en armonía; no ¡los sistemas políticos son tan solo organismos reguladores del gran capital y nada más.
Se ha introducido la falsa idea de la libertad individual, llevando a pensar que porque tenemos un coche, tarjetas de créditos y porque compramos y nos endeudamos somos sujetos; cuando ello mismo representa la enajenación del individuo por cosas materiales y por lo tanto la pérdida de su libertad.
¿Quienes han sido los promotores de todo esto? no cabe duda que los grandes medios de comunicación y la publicidad son algunas de las herramientas que más se fortalecieron dentro del sistema a fin de modificar, hacer mutar, meterse en la cabeza de la gente, para que al fin en un proceso de décadas se llegue a lo que vemos o podemos constara hoy.
Un individuo sin eje, perdido que no tiene conciencia de si mismo ni de nada. Medio y fin de la perpetuación de la dominación capitalista.
¿Que imágenes inundan las pantallas cotidianamente? Sí están ahí de alguna manera es por consentimiento de quienes nos dominan y de quienes las miran.
Ahora bien, nos preguntamos ¿como sorprenderse de la violencia de los jóvenes y de lo no tan jóvenes, o de la deserción de los estudiantes?
El problema no es solo edilicio si no estructural, sistémico.
La respuesta es siempre la misma que “esto es lo que tenemos y que no se puede cambiar” .Bien, entonces lo que sobreviene es la barbarie y adentro de ella estamos.
Por supuesto que las respuestas no pueden ser el de intervenir en un solo aspecto de la realidad, para modificarla si no en el conjunto de la misma. Tampoco veremos los resultados a corto plazo, dado que se han fracturado generaciones enteras y que cualquier planteo o acción de cambio llevará forzosamente mucho tiempo.
Pero por algún lado se podría comenzar; por ejemplo resulta evidente que no se puede entregar a los hijos a las instituciones, a ninguna; la comunidad es quien debería asumir su formación transmitiéndole valores y saberes reales, para que ello contribuya en el desarrollo potencial de las personas.
Que es más importante ; que los jóvenes aprendan a ordenar objetos en las góndolas de los supermercados, o manipular computadoras, o que conozcan su historia, que sepan construir una casa, cultivar y respetar la tierra, disfrutar de la naturaleza entregando una parte de su tiempo a la comunidad y el resto, la mayor parte, a la vida?.
Cuando decimos vida, decimos el disfrute, la armonía con la naturaleza y con otros seres.
Para nosotros las soluciones no pasan por ninguna reforma de la enseñanza, no creemos en ningún cambio desde la entrañas del monstruo capitalista, a esta altura ya es tiempo de sacar el pie de las instituciones y construir espacios de saberes comunitarios.
Claro, ello implicaría una corrida hacia otras formas de existencia, en donde por lo primero que habría que empezar es por juntarse, con aquellos que sientan como nosotros.
No hay cambios posibles ni desde las instituciones, ni desde lo individual en el sentido individualista.
Esto nos llevaría a plantearnos la construcción de autonomías territoriales dentro de un proceso que conllevará necesariamente una etapa de transición.
Por ahora solo nos paraliza el miedo y con ello estamos perdidos de antemano.
Tampoco es que pensemos que esto procesos serán sencillos, muy por el contrario se deberán articular con otras resistencias desde las comunidades.
Ir conformando, abriendo espacios alternativos de intercambio de saberes, que nos permita a todos, jóvenes y adultos ir transitando por ellos en un espacio -tiempo que podríamos nombrar “ un mientras tanto”, a fin de ir caminando hacia los cambios para una nueva sociedad más justa y libre.
Pero esta sociedad enferma, sigue pensando en más cárceles, en muerte, porque simplemente es reproductora de lo que vivió. Esto que vivió la apartó de la vida y ahora se asusta de lo que ella misma engendró.
No se nos ocurre otra cosa más que desear se abran corazones, casas, colectivos sociales para desde allí intentar al menos cambiar la pisada.
Hay o no hay compañeros; enfermeros, trabajadores, maestros, profesores, artistas, músicos, artesanos cocineros? ; Entonces porque seguir atrapados en la malla del sistema? Tenemos un potencial más que suficiente para dar comienzo a una etapa liberadora desde nuestros propios espacios.
Luna
16 11 2011