viernes, 20 de mayo de 2011

Crece fuerte el consumo de una droga para calmar la ansiedad


Valeria Román Para: Clarin.com

La plata para el alquiler no alcanza. La pareja dijo adiós. El trabajo o los exámenes también exigen rendir. Son muchísimas las situaciones que generan ansiedad y la solución de algunos para "seguir adelante" es aferrarse a los psicofármacos. El preferido del momento es el clonazepam, un medicamento que genera dependencia a largo plazo. Según los registros del observatorio de medicamentos de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), su consumo aumentó el 20 por ciento durante los dos últimos años en el país.

Su marca comercial es Rivotril (cuesta alrededor de 27 pesos los 30 comprimidos de 0,5 miligramos) y hay otras 43 copias en el mercado (algunas más baratas). Su auge crece de la mano del boca a boca entre adultos y amigos, que perdieron de vista que se trata de un medicamento de venta bajo receta archivada. Y de adolescentes que los consiguen -empezando por sus propias casas- y mezclan con otras sustancias, como alcohol y éxtasis, como habría sucedido en el caso de la muerte de la joven Camila Rodríguez el 15 de octubre.

El consumo del clonazepam no es gratuito para el organismo. "La gente se cree psiquiatra y toma clonazepam sin preguntar a un profesional si debe continuar su uso", dijo Néstor Marchant, presidente de la Asociación Argentina de Psiquiatras, a Clarín. Para su entidad, el clonazepam no debe ser consumido por más de cuatro meses. Después se puede seguir con psicoterapia.

"El medicamento bien controlado puede ser efectivo, pero genera tolerancia y hace que el paciente necesite aumentar la dosis. Tampoco debe ser abandonado repentinamente porque puede provocar el síndrome de abstinencia, con ansiedad, excitación, insomnio e irritabilidad. La consulta médica aporta su retiro gradual", explicó.

"Hay un uso salvaje del medicamento, por afuera del consultorio -señaló el jefe del departamento de psiquiatría de Ineco, Marcelo Cetkovich-Bakmas-. La angustia de la vida cotidiana es una reacción normal del organismo. Se debería intentar tolerarla y canalizarla. No tenemos por qué medicar en todas las situaciones problemáticas de la vida".

El consumo del clonazepam, según contó Carlos Gurisatti, de la COFA, aumentó de 5,1 millones de unidades en 2004 a 6,1 millones en 2006. A la vez, se redujeron las ventas de otras drogas de la misma familia, como el alprazolam y el bromazepam, que calman también la ansiedad y son sedativos. Tanto se impuso el clonazepam que se convirtió en uno de los 10 fármacos más vendidos del país, según la Escuela de Farmacia y Bioquímica de la Universidad Maimónides.

En las farmacias, reconocen por lo bajo que lo venden sin receta o se adquiere por Internet. También se expandió el tipo de especialistas médicos que lo recetan. "Es más recetado por los médicos clínicos que por los psiquiatras", dijo Eduardo Leiderman, médico psiquiatra de la Universidad de Palermo, quien el año pasado difundió su estudio que reveló que el 15,5 por ciento de los porteños consume psicofármacos.

Por detrás, habría presiones de los laboratorios medicinales que venden el clonazepam. "Las farmacéuticas dan a los médicos recompensas sutiles -sostuvo el psiquiatra Marchant- y realizan un seguimiento de qué médicos recetan sus fármacos". Desde la Asociación de Agentes de Propaganda Médica, José Charreau también confirmó que "los laboratorios dan incentivos como via jes, becas y hasta órdenes de compras a cambio de que se receten sus medicamentos".

¿Qué hacer entonces? "El mundo está complicado -dijo la psiquiatra y profesora de la UBA Lía Ricón-. Pero eso no significa que haya que vivir en un torbellino, ser joven, delgado y que ni siquiera se pueda estar triste".

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