Alvin Reyes
El
domingo 5 de octubre la ciudad de Suzuka, Japón, estaba bajo amenaza de tifón.
Ese mismo día se corría en esta ciudad el Gran Premio de Automovilismo Formula
1. Las imágenes de televisión nos transmitían la espesa lluvia que mojaba la
pista y los cientos de miles de fanáticos apretujados en las gradas con
impermeables, gorras, sombrillas, mojándose sin piedad bajo la lluvia, pero
sonrientes y alborotados cuando las cámaras les enfocaban, saludaban con esa sonrisa
que solo los orientales pueden transmitir.
Las
condiciones de la pista eran tan críticas que la carrera se lanzó a la hora
señalada (Sin ninguna referencia a Gary Cooper)
con un auto de seguridad por delante. Y aquí viene mi primera
observación: Si una carrera de autos consiste en llegar primero a la meta
después de una serie de vueltas, entonces qué sentido tiene iniciar una carrera a baja
velocidad con un auto franqueando los corredores y con prohibición de
adelantamientos. Pero no, la gente que estaba en las gradas pagó para ver autos
corriendo, la televisión pagó para ver un espectáculo motorizado y se les iba a
dar uno, aunque fuese a baja velocidad. Y luego…la tragedia. El auto de Adrian
Sutil se salió de la pista y cuando una grúa intentaba sacarlo del lugar el
auto de Jules Bianchi se estrelló contra la grúa y hoy, al momento de escribir
estas líneas, el joven piloto francés aun lucha por su vida.
Es
la famosa frase “El espectáculo debe continuar” la que se impone. Por encima de
la seguridad de la pista, por encima de las vidas de los pilotos. Y viene un
vivo y me dice “si Alvin pero son pilotos profesionales, ellos saben el riesgo
a que se enfrentan”. Es verdad pero dentro de límites de seguridad mínimos. No
se puede correr por correr cuando no hay condiciones. Lo que pasa es que hay
demasiado dinero envuelto y eso si es más importante para las corporaciones
televisivas que una vida humana.
Por
ejemplo este 11 de octubre se jugó un
partido de futbol entre Argentina y Brasil en China a pesar de que las autoridades
chinas
“emitieron una alerta naranja de
contaminación, el segundo nivel más alto, ya que la calidad del aire este
jueves era 18 veces superior al nivel de seguridad recomendado. “Uno de los
consejos que los responsables del control de la polución nos dieron es que la
gente debe quedarse puertas adentro y eso es lo que hemos hecho”, aseguró el
médico de la Canarinha, Rodrigo Lasmar. Pero el DT de la Selección, prefirió
mirar para otro lado. “La contaminación no es un factor”, dijo. Punto y aparte.
A hablar de fútbol, entonces.” (Tiempos difíciles).
O sea la contaminación era superior 18 veces el nivel
recomendado y como quiera jugaron porque los chinos habían pagado para ver a
Messi y a Neymar……..
La vida liquida moderna, movida por las ganancias monetarias y el
culto al espectáculo, no tiene nada que ver con los seres humanos, los atletas
no tienen otra cosa que hacer más que estar disponibles para nosotros cuando
queramos y en las condiciones que querramos aun a riesgo de su propia vida. Si la gente paga se
le dará lo que quieran ver y cuando lo
quieran ver. No sabemos si Jules Bianchi fallecerá, pero si esto sucede veremos
a los magnates de la Formula 1 asistir a los funerales y luego partir,
genuflexos, cabizbajos bajo los árboles lamentando el fin de tan joven carrera.