viernes, 7 de septiembre de 2012

Zygmunt Bauman: “Tenemos el deber de tomar el control de nuestras propias vidas”

Por Pilar Robledo. Publicado en ROTOTOMSUNPLASH
 “Nos han hecho creer que la felicidad está en el consumo: conseguir un trabajo, (si tienes suerte), mantenerlo en el tiempo para ganar dinero, para después gastarlo y así poseer cada vez más cosas que no nos hacen realmente felices. Debemos crear un nuevo modo de vida, nuevos mecanismos cotidianos que nos permitan redescubrir la felicidad fuera de los modos tradicionales que ha impuesto el capitalismo. Y debemos hacerlo ya. La sociedad necesita ayuda mutua, solidaridad, cooperativismo… La verdadera felicidad se encuentra en la amistad, en el amor, en la familia, viviendo en comunidad, conociendo a tus vecinos. La felicidad está en la música, en el arte. No se trata de tener cada vez más objetos, más comodidades, sino en disfrutar de la emoción. La solución está en nuestros corazones. Es necesario crear nuevas instituciones sociales, pequeñas, locales, que después puedan unirse en un cambio global. Porque todos estamos interrelacionados: todos dependemos los unos de los otros, todos vivimos en un único planeta. Tenemos el deber de tomar el control de nuestras propias vidas. Es un buen punto de partida para cambiar el mundo”.
 
Esta es la mejor receta que Zygmunt Bauman ha querido legar a los asistentes al encuentro titulado “El mundo que nos espera”, entre la periodista Rosa María Calaf (TVE), y el filósofo y sociólogo polaco, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010.
Bauman ha hecho continuas referencias en su discurso al miedo que el sistema capitalista ejerce sobre la población como herramienta de control social. “Vivimos un momento de grave incertidumbre donde el ciudadano no sabe realmente quién está al mando, y esto hace que perdamos la confianza en las políticos, en las instituciones tradicionales. El efecto en la población es una situación constante de miedo, de inseguridad… Los gobiernos gastan ingentes cantidades de dinero en seguridad. Es la industria más próspera del momento. Sucedió en Iraq con empresas de seguridad privada americanas: colonizaron el país para, supuestamente, garantizar la libertad y la democracia, y aun no se ha conseguido nada de lo que alegaban antes de la intervención armada… Deberían haber invertido ese dinero en educación y sanidad, en construir escuelas u hospitales, en definitiva, en garantizar los derechos básicos de la población. La pobreza mata a muchísimas más personas en el mundo que el terrorismo. Pero los políticos sugestionan a los ciudadanos para que siempre tengan miedo, y así poder controlarlos, constreñir sus derechos, limitar las libertades individuales. Estamos en un momento muy peligroso, porque las consecuencias de todo esto afectan a nuestra vida diaria: nos dicen que debemos tener seguridad en el trabajo, mantenerlo a pesar de las duras condicionas, porque así obtendremos dinero para poder gastar. El miedo es una forma de control social muy poderosa”
El prestigioso profesor polaco de ascendencia judía, procedente de una familia que padeció el Holocausto nazi, opina que hoy vivimos también una crisis del pensamiento a largo plazo: “El drama de esta sociedad es que no hemos aprendido del pasado: el pasado es pasado, ya lo hemos olvidado. Vivimos pensando que el día a día es el presente. Vamos rápido, a lo inmediato. E igual de rápido olvidamos. Disponer del conocimiento, mantenerlo, debe ser también un reto de los medios de comunicación, que actualmente, con los miles de titulares atrayentes que lanzan cada día, hacen precisamente lo contrario: favorecen el olvido de lo que ha sucedido llenándolo con las noticias fugaces del día siguiente. Y en esto juegan también un papel importante las nuevas tecnologías digitales: ¿para qué voy a recordar cosas si las puedo grabar o apuntar en un teléfono móvil, o un dispositivo de almacenamiento de donde luego puedo recuperarlas? También la tiranía del mercado nos está afectando en este sentido: nos obligan a renunciar al pensamiento a largo plazo porque no podemos avanzar lo que será de nosotros en pocos meses. Puedes tener un trabajo estable, una vivienda, una familia, y de repente, perderlo todo…
El profesor Bauman ha puesto el acento de su discurso en la urgente cuestión medioambiental. “Esta dinámica de consumo nos lleva a consumir en sólo un año, lo equivalente a los recursos naturales de un planeta y medio como el nuestro. Y los científicos calculan que hacia 2050 necesitaremos los recursos de tres planetas si seguimos a este ritmo. Es insostenible. ¡No tenemos otro planeta donde vivir!”

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