martes, 9 de agosto de 2011

MARCHA ATRÁS


Por Melvin Mañon publicado en: fines.org.do

En las postrimerías de esta centuria ha sido posible, por primera vez, vislumbrar como puede ser un mundo en el que el pasado ha perdido su función, incluido el pasado en el presente, en el que los viejos mapas que guiaban a los seres humanos, individual y colectivamente, por el trayecto de la vida ya no reproducen el paisaje en el que nos desplazamos y el océano por el que navegamos. Un mundo en el que no sólo no sabemos adonde nos dirigimos, sino tampoco adónde deberíamos dirigirnos.Esta es la situación a la que debe adaptarse una parte de la humanidad en este fin de siglo y en el nuevo milenio

Eric Hobsbawm, Historia del Siglo XX, pag. 26 . (Crítica, Barcelona).


Tardé años en encontrar la respuesta. Vamos de regreso porque es la única dirección posible. Cuando los animales se aventuran fuera de sus aguas, más allá del territorio que dominan, los peligros se multiplican y la incertidumbre los abruma. Algunos, se lanzan al precipicio, hacia lo desconocido, pero en general, la especie retrocede en busca de aguas y territorios conocidos. Los humanos, no somos ni seremos distintos y no pude darme cuenta antes de que, en la formulación misma del dilema planteado por Hobsbawn estaba contenida la respuesta.

Todas las crisis que hoy se dan cita en cada país, sin excepción, se caracterizan por no tener solución conocida. Ni la recesión económica, ni el calentamiento global, ni la violencia, ni los grandes cambios demográficos ni la bancarrota de los partidos, gobiernos y políticos tienen solución y la certidumbre de esta ausencia abruma a millones de personas, desencanta, confunde, desmoraliza y aturde. Tanto el experto como el lego se dan cuenta, cada uno a su nivel, que el progreso, la prosperidad, la modernidad, el consumo y el estilo de vida actual, como los conocemos hoy, no tienen manera de continuar porque no son económica, ecológica ni socialmente viables. El futuro ahora es una bruma impenetrable.

Haremos como los animales, empezaremos a recorrer nuestros propios pasos, con timidez, desgano, resignación y no sin cierta resistencia, pero lo haremos no porque haya sido una elección sino y justamente porque no había posibilidad de elegir. Es solamente cuestión de tiempo y no mucho.

La humanidad no se suicida aunque su conducta depredadora sea capaz de crear las condiciones para el suicidio. Me refiero al acto voluntario y producto de una decisión no a las consecuencias inadvertidas e indeseables del accionar humano. El futuro, como continuación del pasado reciente se acabó. Nuestra única posibilidad de supervivencia como pueblo, como humanidad y como especie será la de adaptarnos a un mundo donde cada vez encontraremos menos de todo, excepto sentido común que empezará a resurgir a medida que este mundo absurdo se desmorona.

Como los autos que un día rompen la transmisión en cualquier sitio y quedan paralizados, esta sociedad rompió la transmisión en algún punto del desierto. La humanidad tendrá que decidir si se aventura a cruzarlo sin saber hasta donde llega ni que parte ha recorrido o si, tras superar el escollo y la imposibilidad, decide devolverse y yo, por primera vez, no tengo dudas de que la humanidad, sin desmedro de la conducta de algunos locos, se va a decantar por devolverse aunque…… lo hará sin percatarse de que ese regreso puede ser infinito…. Los que tienen dos autos se quedarán con uno, los de motocicleta descenderán a bici y los de esta, caminarán a pie mientras que la Ley degradada por el abuso dejará espacio al regreso de la costumbre y del derecho consuetudinario; al final, la población rural, que no ha cesado de disminuir en los últimos 50 años empezará a aumentar y lo manual y mecánico será revalorizado a expensas de lo automático y lo electrónico. Será así o será el acabose. Como la famosa canción de R.E.M. un grupo norteamericano: “It´s the end of the World as we know it, and I feel fine” (Es el fin de este mundo que conocemos y me parece genial)

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